oracion1

En este tiempo de enfermedad

[ y de hospital ]

a tí Señor ¡levanto mis ojos!

V/ Dios mío ven en mi auxilio
R/ Señor date priesa en socorrerme
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…

I
Señor tu me conoces, atiéndeme

Inicio Salmo, 139

Señor, tú me escrutas y conoces;
sabes cuándo me siento y cuándo me levanto,
mi pensamiento conoces desde lejos;
esté yo en camino o acostado,
tú lo adviertes, todas mis sendas te son familiares.
Tu Señor sabes cómo está mi ánimo ahora…

Señor atiende a mi súplica

Inicio Salmo 5.

Señor, escucha mis palabras,
atiende a mi súplica,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.
A ti te suplico, Señor:
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.
Que mi corazón se alegre
con los que se acogen a Ti.
¡Protégeme!
porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.
En mi enfermedad, Señor yo me acojo a ti,
y descanso en ti.

Espera en el Señor

Salmo 26

El Señor es mi luz y mi salvación.
¿A quien temeré?
El Señor es la defensa de mi vida
¿Quién me hará temblar?
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.

Espera en el Señor,
se valiente,
Ten ánimo,
espera en el Señor.

II
Con la intercesión de la Virgen del Carmen

Madre de la Iglesia y madre de todos los cristianos.

Virgen María

“Tengo mil dificultades:

ayúdame

De los enemigos del alma:

sálvame

En mis desaciertos:

ilumíname

En mis dudas y penas:

confórtame

En mis enfermedades:

fortaléceme

Cuando me desprecien:

anímame

En las tentaciones:

defiéndeme

En horas difíciles:

consuélame

Con tu corazón maternal:

ámame

Con tu inmenso poder:

protégeme

Y en tus brazos de Madre al dejar este mundo:

Recíbeme.
*

Dios te salve maría llena eres de gracia el Señor está contigo…

III

Señor quiero escuchar ¡que me amas!

Escucha de I Cor 13, 4-8; 12.l
en primera persona

Dios es amor y me ama a mí en mi dolor,
es “todo” bondad con la historia de mi vida:
la recibe sin compararla con nadie, sin envidia,
sin jactarse de mi debilidad.
No lleva cuentas del mal que he hecho.
Siempre me ofrece su amor en el perdón cuando yo lo busco.
Como Padre que quiere a sus hijos,
acepta toda mi vida.
Todo lo sufre por mí,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta.
siempre permanece en la verdad que me ha mostrado en su Hijo Jesucristo, muerto y resucitado para mi bien.
En mi salud y en mi enfermedad:
Lo más importante: que Dios me ama.

[Canto: Alma de Cristo santifícame. M Lee]

IV
Mirada serena al dolor desde tu corazón

Cuarta semana

13
No se enfade mi Señor si en medio de mi enfermedad aún sigo preguntando, ¿cómo puedo saber el camino?
14
En mi enfermedad Cristo, eres mi sabiduría. ¡Yo te amor Señor!
15
Pon en mis oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, le matarán, y al tercer día resucitará.
Y yo participaré de tu resurrección
16
En mi tiempo de enfermedad,
[en mi tiempo de hospital]
te encomiendo Señor Jesucristo mis miedos, y me sustentarás.

A modo de conclusión:

A ti, Señor Jesucristo, me acojo. Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo.
Con mi salud “rota” aquí estoy ¡Envíame!
Y siempre ¡hágase tu voluntad!
*
¿Crees tú en el Hijo del Hombre?»

Él contestó:
«¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»
Jesús le dijo:
«Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.»
Él dijo:
«Creo, Señor.» Y se postró ante él.
(Ciego de nacimiento. Juan 9,1.6-9.13-17.34-38)

V
La enfermedad:
Tiempo de desierto y de tentación
*
Jesús tentado por el diablo en el desierto

(Mc. 1.12-13; Lc. 4.1-13)

-Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

-Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, m y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra- Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.

-Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

El diablo entonces le dejó y se marchó hasta otra ocasión.

Tiempo de reconciliación

Examina tu conciencia y reconcíliate

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
Amén.

¿Está frágil tu cuerpo y débil tu espíritu?
Solicita el Sacramento de la Reconciliación
y la comunión: Cristo Eucaristía
Te llenarás de vigor y esperanza

La enfermedad es también tiempo de creer
Tiempo de hacer profesión de fe

Rom 10, 8-13

Hermanos: ¿Qué dice la Escritura?
«La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón». Se refiere a la palabra de la fe que anunciamos. Porque, si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo.
Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación.

Pues dice la Escritura:
«Nadie que cree en él quedará defraudado».
En efecto, no hay distinción entre judío y griego; porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».

¿Está frágil tu cuerpo y débil tu espíritu?
Solicita el Sacramento de la Unción de enfermos y haz profesión de fe
Te llenarás de vigor y esperanza

Profesión de fe

Hago profesión de fe en Dios Trino, que en Jesucristo transformó el dolor en salvación, para mí y para cuantos enfermos creen en él.
CREO que Dios añadió al dolor de todo hombre designios de amor y de misericordia.
CREO que Cristo Nuestro Señor ha transformado el dolor en camino de salvación.
CREO que el dolor es para el alma el gran cooperador de la redención y la santificación.
CREO que Dios es amor y que, en sus manos, el dolor no es más que un medio de que se vale su amor para transformarnos y salvarnos y llevarnos a la vida eterna.
CREO en el amor de Dios que me salva en mi enfermedad.
CREO Y ESPERO EN LA VIDA ETERNA. Amén

VI
En esta hora de mi enfermedad

Señor protégeme con tu bendición.
Que tu luz Ilumine mí rostro
y siempre goce de tu favor y de Paz.
Amén

Canto de Juan Pablo II «tu has venido a la orilla»
juan-pablo